¡Hola!

Soy Ana

Soy Ana, y vivo en Tarragona y el síndrome de Williams no define mi alegría. Estudio, trabajo en PortAventura, y con Aacic Cor Avant, cambio percepciones. Mi vida es un ejemplo de superación, ¡vivo con gratitud y determinación!

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¿Cuáles son mis recuerdos favoritos?

  • El Inolvidable Encuentro con la Geganta Frida

    Llevar a la geganta Frida en las fiestas de mi ciudad por primera vez fue inolvidable. Fue una experiencia llena de responsabilidad y emociones indescriptibles. Frida no es un gigante común; está adaptada para personas con discapacidad. Salir con ella por la ciudad, disfrutando mientras la gente observa, es un regalo inesperado que me hace sentir muy afortunada.

  • Mi Primer Encuentro y la Magia del Pasaje del Terror

    Mi primera vez en Tibidabo fue única. Desde 2011, asisto a la Fiesta del Corazón de Aacic, donde el Pasaje del Terror Hotel Krueger me fascina. En 2016, superé mi miedo y viví una experiencia inolvidable. En este lugar, he hecho amigos y conocido personas maravillosas.

  • Mi Conexión Especial con Albert Espinosa

    Conocer a Albert Espinosa, el creador de "Pulseras Rojas", en el Teatro Nacional de Catalunya, es un recuerdo inolvidable. Desde aquella obra de teatro en catalán, nuestra relación fluyó, y desde entonces, no he dejado de seguir su trabajo. La primera firma de libros fue especial, ya que sorprendentemente se acordaba de mí, creando una conexión única y muy especial.

Pero, ¿qué es el síndrome de Williams?

¿Qué es el Síndrome de Williams?

El síndrome de Williams es un trastorno genético que afecta al cromosoma 7, causado por una deficiencia en la proteína elastina. Se caracteriza por rasgos faciales distintivos, discapacidad leve o moderada, hipercalcemia y estenosis en algunos vasos sanguíneos. Este síndrome puede provocar diversos problemas digestivos, de calcio, renales, retraso en el aprendizaje, problemas auditivos y del lenguaje. Las personas con este síndrome suelen ser amigables y apasionadas por la música.

En mi caso, tengo un 33% de discapacidad. Desde los 3 meses de nacer, tuve que ser ingresada en el hospital debido a cólicos y un soplo cardíaco que fue controlado hasta los 4 años. El síndrome de Williams es parte de mí, una realidad que enfrento las 24 horas del día. Aunque presenta desafíos, esta condición ha sido un impulso para superar obstáculos y apreciar la vida desde su perspectiva única.

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